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Investigación del Departamento de Ingeniería Civil apunta a la fiscalización como medida principal contra la evasión

Investigación del Departamento de Ingeniería Civil contra la evasión

Viajar hoy en Transantiago representa un 20% de los ingresos de una familia del primer quintil, razón que induce y se correlaciona a la evasión en estos sectores de la población. Desafortunadamente el “efecto de la manzana podrida” (dejar de pagar porque “ya nadie lo hace”) se comienza a hacer presente en situaciones de este tipo, transformándose en un efecto dominó entre muchos otros usuarios de distintas situaciones y que utilizan el sistema.
La última medición trimestral de evasión de Transantiago alcanzó un 30%, la mayor cifra desde que se realiza este sondeo. La cifra es tan alta que no se puede esconder un subsidio tácito, implícito del porcentaje restante de pasajeros que sí paga su pasaje hacia las personas que no lo hacen.
Especialistas del área de Transporte han sugerido distintas medidas para reducir la evasión, como los torniquetes mariposa, más zonas pagas, Transantiago gratuito, etc. Un estudio realizado por el académico del Departamento de Ingeniería Civil Alejandro Tirachini, en conjunto con el ingeniero civil en transporte Martín Quiroz, repasó la literatura científica de la evasión e identificó diferentes variables que determinan altos niveles de evasión en el sistema de transporte público.
La investigación presentada recalcó que la evasión se debe al bajo riesgo que los usuarios le asignan a ser multados, y menciona el concepto de la “utilidad de evadir”, la cual se puede observar en la siguiente expresión “P∙M<T”, donde P es la probabilidad de ser fiscalizado (tasa de inspección), M la multa y T la tarifa del sistema.
Los especialistas señalan que la tasa de inspección en Transantiago es de 1 cada 1000 viajes (0.1%), por ende si un viaje en bus cuesta $640 y la multa fuese de $64000, entonces el costo esperado de evadir es $64, lo cual es diez veces menor a pagar la tarifa del sistema. Por otro lado, no están considerados quienes son multados y no pagan la multa (que rodea al 65% de los infraccionados). En el estudio se menciona además la “utilidad de pagar”, definición que brinda un ahorro sobre la multa si el usuario fuese descubierto.
Además de la teoría sobre evasión, el profesor Tirachini hizo hincapié a los motivos socioeconómicos para evadir, comparando la causalidad entre el aumento de los pasajes durante los últimos 9 años y el nivel de evasión, la cual posee una alta correlación. En este sentido, menciona la relación entre porcentaje del gasto en transporte y el nivel de evasión, el cual desde 2007 ha aumentado casi al doble, en cambio para un hogar promedio el gasto en transporte se ha mantenido más o menos constante en aquel período de tiempo.

Experiencias exitosas para contrarrestar la evasión:

Dentro de la investigación desarrollada, los ingenieros presentaron una serie de medidas para disminuir la evasión, las cuales tuvieron éxito en otros países. Por ejemplo, en Melbourne (Australia) se implementó un sistema de multas en el momento y existen fiscalizadores vestidos de civil para no ser detectados por los usuarios. Además de lo anterior, se invirtió en publicidad logrando disminuir de 12 a un 4% la evasión.
En Chile también hubo una experiencia exitosa, en Chilectra se logró disminuir de un 14-23% de evasión (hurto de electricidad) en la década de los 80 a un 5% en la actualidad, mediante un plan de medidas técnicas, comerciales y punitivas, aplicadas a largo plazo (continuidad).
Las experiencias exitosas en Melbourne y Chilectra mencionadas por los investigadores, brindan la lección de poseer un paquete multidimensional de medidas y de continuidad para hacer frente a la evasión en Transantiago. Se debe cambiar el enfoque actual, en el cual destacan sólo campañas puntuales, financiamiento precario y en 2015 el ingreso de proyecto de ley evasión.

Medidas a Transantiago:

Los ingenieros concluyeron la investigación con un paquete de medidas para aplicar en Transantiago, que apuntan principalmente a:

  • Aumento significativo de fiscalización: en sentido a la “utilidad de evadir”, incrementar significativamente tasa de inspección y de fiscalizadores, agilizar la fiscalización y no requerir de carabineros para asignar multas en todo lugar.
  • Mejor sistema de multas: registro de evasores.
  • Campaña de concientización social: cambiar percepción de la evasión e invertir en publicidad, darle una mala connotación a evadir, por ejemplo, simil a robo en supermercado.
  • Subsidio a la demanda: tarifas preferenciales a usuarios de bajos ingresos, subsidio a cesantes o descuento por una suma alta de viajes mensuales.
  • Otros puntos: abono mensual de transporte, carga en línea de la tarjeta Bip! o medidas mecánicas a los buses.

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