MUSSA

Lo que hace muchos años empezó como una idea del profesor Francisco Martínez cuando realizaba su Doctorado en la Universidad de Leeds, Inglaterra, recientemente se transformó en todo un logro, cuando la empresa Citilabs , que tiene oficinas en alrededor de setenta países, se convirtió en el distribuidor internacional de MUSSA , el Modelo de Uso de Suelo de Santiago desarrollado por el área Ingeniería de Transporte.

Hace alrededor de cuatro años Citilabs puso sus ojos en MUSSA, un modelo matemático que permite predecir y simular el mercado inmobiliario urbano ante una gran variedad de posibles escenarios. "El software sirve para estimar cómo se va a desarrollar la ciudad, no sólo en términos de expansión, sino que también puede aplicarse a zonas de una comuna y ver cómo va a ir cambiando con un nivel de detalle respecto al tipo de personas que vivirán, sus características socioeconómicas, las actividades económicas que se desarrollarán, etc.", explica Martínez, quien ha estado a cargo del desarrollo e investigación del proyecto.

El problema era que MUSSA había sido desarrollado por la Universidad de Chile por encargo de SECTRA, por lo que en definitiva el Gobierno de Chile era el propietario. Luego de varias negociaciones llegaron a un acuerdo, el que permitió finalmente que Citilabs pudiera vender licencias del software, ahora llamado Cube Land e integrado a un paquete llamado Cube , que ofrece varios programas de transporte. A cambio, el Estado chileno obtiene licencias gratis.

Citilabs está en un proceso de promoción y distribuyó una versión Beta. "Muy luego tendremos la versión final pero ya varios interesados nos contactaron", explica Pedro Donoso, colaborador del proyecto. La Universidad de Seúl compró dos licencias y dos instituciones tailandesas y una estadounidense están en proceso de compra. Otras catorce lo están probando, tanto en Asia como en Estados Unidos.

Pese al logro, Martínez se lo toma con calma. "Es un orgullo pero no ha tenido una explosión todavía. Es un gran potencial. Este año deberíamos vender alrededor de 20 licencias. Varias ciudades y universidades en Estados Unidos lo están probando. Lo mismo ocurre en Beijing, Bangkok y Tokio. Lo más motivante es saber que lejos de este espacio, más allá de tus alumnos, hay gente que está leyendo y analizando detalladamente algo que tu creaste. Son tipos doctorados, que conocen el tema. Están interesados y te hacen preguntas. Eso es muy rico", reconoce el académico.

¿Y cuál es la gracia del modelo?

"Está basado en la economía, entonces no hay reglas. Lo único que necesitamos saber es cómo la gente se comporta y eso se estudia, hay métodos estadísticos que lo hacen. Uno no tiene que poner reglas, sino datos y calcular los parámetros", explica Martínez. 

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