¿Cómo fue su trayectoria estudiantil? ¿En qué se desempeña actualmente?
Tuve mi último ramo en la Facultad el año 1997 y me titulé el 2000 como Ingeniero Civil mención Hidráulica, Sanitaria y Ambiental. Actualmente, trabajo en el Instituto Nacional de Hidráulica (INH). Además, he trabajado en otras áreas atingentes al sector público, específicamente en el MOP en la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), donde trabajé temas de drenaje urbano.
¿Por qué la eligió la hidráulica?
La decisión no fue fácil, porque cuando entré a la Facultad no tenía mucha idea de lo que trataba cada especialidad. Cursando plan común tampoco tenía claridad al respecto, en qué podía trabajar un ingeniero. Entonces, fui eligiendo casi por descarte y en el caso de ingeniería civil se abre un abanico bien amplio de posibilidades. El curso que me ayudó en mi elección de especialidad fue Mecánica de Fluidos, con los profesores Luis Ayala y Aldo Tamburrino, en este curso me llamaba la atención el estudio de algo que es dinámico y presente en la naturaleza y cómo los cálculos que se hacían podían ser verificados y medidos en el laboratorio. Después fui tomando otros cursos, como hidrología y ahí me fui encantando con la especialidad. El tipo de trabajo lo descubrí una vez que comencé a ejercer la profesión y debo decir que es algo que me apasiona.
Dentro de su experiencia laboral ¿Ha liderado equipos de trabajo? ¿Cómo ha sido la experiencia?
En un principio claramente no, como profesional dependes de lo que diga alguien con mayor experiencia. Cuando trabajé en el MOP formé parte de un equipo bastante joven y a medida que vas aprendiendo adquieres más responsabilidades, de esta manera puedes posicionarte como jefe de proyecto y así vas creciendo. Actualmente me encuentro en una posición de jefatura, donde tengo a cargo varios grupos de personas, entre los cuales los ingenieros hidráulicos son el centro neurálgico del equipo.
¿Qué funciones realiza actualmente en el INH?
Actualmente realizo actividades con una mirada más global, desde la gestión pero con elementos técnicos que se requieren para la toma de decisiones, por ejemplo, qué tipos de proyectos se desarrollan, hacia donde van y la gestión del equipo de trabajo.
¿Cómo fue su experiencia como la 1era Presienta del Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI)?
El año 1996 fui la Presidenta del CEI, sin embargo, ya había estado participando en organizaciones estudiantiles desde el 93. Primero que todo participé en el Centro de Estudiantes de la Carrera, como "mechona civil", siempre me han llamado la atención los grupos humanos, el hecho de organizar, lo colectivo. Luego, me fui involucrando en las organizaciones a nivel de Facultad y en este tiempo a nivel de universidad estaba muy presente la reconstrucción de la Federación, porque entre los años 93 y 94 fue la primera vez en la historia en que no hubo una elección y esta organización "se cayó". Al no haber FECH, los estudiantes de la universidad estaban organizados mediante el consejo de presidentes, donde ingeniería, derecho y medicina tenían un gran peso. Había que ayudar a reconstruir la Federación como tal, aportando desde ingeniería. Siempre consideré importante mantener esta mirada amplia, con un sentido de pertenencia hacia la universidad y a través de ella al país. Desde nuestra "minifederación" que era el Centro de Estudiantes de Ingeniería donde todos los centros de carreras y los grupos organizados confluían. En estos grupos se tomaban muchos acuerdos, era un buen desafío.
El contexto nacional también estaba tenso y la Universidad de Chile había tenido gran participación en este proceso histórico…
Sí, en mi caso yo entré el año 90 a la Facultad y en ese año asumió Aylwin, entonces el contexto había sido después de un movimiento muy fuerte que ocurrió en las universidades. No había un horizonte claro para los estudiantes, porque en el fondo no había un “fin en común”, había que encontrar el propio camino, uno que fuese más político y que le hiciera sentido a los estudiantes, estábamos en una época donde se reiniciaba todo. A mi parecer, la Federación se había vuelto una especie de productora de eventos, se había desdibujado, entonces teníamos que encontrar nuestro propio camino como estudiantes de los 90`s. Mi propósito personal de ese período era que los estudiantes fueran protagonistas, que vieran la política como una herramienta noble y pensando que es en la universidad donde se forman los futuros líderes. De la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile egresan líderes y si al líder no le interesa o no tiene idea sobre su sociedad, es un poco complicado creo yo.
¿Qué destaca en su paso como Presidenta del Centro de Estudiantes?
Fue una muy buena experiencia, de partida la Facultad era mucho más masculina que ahora, cuando yo entré solo el 11% eran mujeres. Siempre hubo mujeres en las organizaciones pero quizás en roles menos protagónicos, ellas siempre estuvieron muy presentes con su trabajo.
Una cosa interesante de estar en el CEI, es que tenía que representar a los estudiantes en el Consejo de la Facultad, donde estaban los directores de departamento, eran sólo hombres y siempre hubo mucho respeto por parte de ellos para escuchar las opiniones de nuestra organización. Yo me siento muy cercana a todos los profesores y a toda la comunidad universitaria, obvio que hubo conflictos pero se agradecen porque también se aprende de ellos.
¿Cuáles son los principales cambios que ha notado en la formación de ingenieros? ¿Qué desafíos ve en este ámbito?
No conozco mucho a los ingenieros que se están formando ahora, pero lo que podría decir es que cuando salí el tema económico no estaba tan presente. Cuando fui a una entrevista de trabajo me preguntaron cuánto quería ganar y no tenía ni idea, era un tiempo de crisis y no todo el mundo podía acceder a un trabajo. Ahora, hay mayor claridad en el estudiante que sale y que va a buscar trabajo, de alguna u otra forma ya sabe a lo que se enfrenta en términos económicos. Quizás es una generación más autónoma, con un camino más individual. En la actualidad está presente lo de cambiarse de trabajo bien seguido sin llegar a conocer en profundidad el lugar en qué estás, antes no era así. En mi caso igual he trabajado en varios lugares distintos, pero con la principal motivación de hacer algo que me entretenga, que me cautive y me apasione, si se empieza a morir esa parte, he buscado otros desafíos.
¿Algún proyecto importante que destaque en su trayectoria profesional?
Mi trabajo ha sido más desde la consultoría, lo que podríamos reconocer como ingeniería conceptual y básica. En consultoría, tienes las posibilidades de trabajar para proyectos públicos o privados. En particular, lo que más me ha dado satisfacción son grandes proyectos contratados por el MOP, porque se ve claramente el aporte que se hace a la comunidad. Se aprende mucho en las instancias de participación ciudadana y tienes la oportunidad de mirar de otra manera tu trabajo.
¿Qué desafíos tiene la ingeniería?
Los desafíos son un poco distintos a los de antes, porque ha cambiado el escenario. El cambio climático ya está presente y la sociedad es mucho más compleja, con ciudadanos más empoderados e informados.
El desafío está en la interdisciplinariedad, el poder dialogar con el otro, entenderlo y traducirlo a que tus estudios puedan incluir otros elementos que quizás hasta ahora se han visto de forma aislada. El que el estudiante de ahora tenga la posibilidad de conocer lo que hace el otro, le da una mirada más amplia y eso al final le da posibilidad de pensar más, de ser creativo e innovador a medida que conoce mejor el mundo.
A nivel de formación de la Facultad ¿Qué factor(es) ha(n) sido fundamental(es) para desenvolverse en el mundo laboral?
Creo que la formación teórica es muy fuerte. Mi primer trabajo fue en el MOP, donde me dedicaba sólo a revisar y fiscalizar lo que desarrollaban los colegas, ahí estuve tres años pensando que se me iba a ir todo lo técnico. Pero después me fui a Francia a estudiar un máster, con un poco de susto, y al muy poco tiempo me di cuenta que las herramientas que me había dado la Facultad eran muy robustas, que el nivel es súper alto y es reconocido. La formación te proporciona las herramientas para poder hacer un montón de cosas muy distintas, esa teoría es muy importante, las posibilidades de estar con los mejores profesores es un verdadero privilegio.
Lo otro que considero importante es participar de los distintos grupos organizados existentes en la Facultad, si el estudiante es curioso y aprovecha esa riqueza cultural y la hace propia, es pura ganancia, sobre todo ahora que el mercado y por supuesto la sociedad requiere precisamente de esas habilidades blandas que hacen la diferencia.
¿Qué opina sobre los movimientos y debates generados por las estudiantes en las distintas universidades?
Me invitaron a conversar sobre ello, me es un tema cercano, el escenario que viví mis tiempos de estudiante fue súper distinto, tenía otra comprensión de las cosas. Es interesante este movimiento porque están planteando cosas que yo no era capaz ni de ver, abre los ojos y generan espacios de reflexión y acción. El aporte de las mujeres claro que es importante. En los equipos de trabajo hay mucha ganancia cuando son equipos heterogéneos y eso nos lo hemos perdido como sociedad al no aprovechar todas las capacidades que tenemos. Destacar lo diverso es importante.