Estimadas y Estimados miembros de nuestra comunidad DIC:
Nuevamente la realidad nos sorprende y ahora les escribo desde mi casa, tratando de mantener el distanciamiento social y seguir las recomendaciones para evitar el contagio y la propagación descontrolada del COVID-19.
Recordarán que nos preparábamos para abordar los desafíos y dificultades resultado de la forma de término del segundo semestre y la postergación de la rendición de la PSU, considerando actividades de reforzamiento y una entrada diferida de los alumnos de primer año. Llevábamos apenas una semana de clases cuando las autoridades de la Facultad y la Universidad con preclara visión de lo que se venía decidieron suspender la mayor parte de las actividades presenciales, partiendo por las docentes. Rápidamente se tomó la decisión de disminuir al mínimo las actividades que requirieran presencia de funcionarios/as y académicos/as en el Campus y hoy la mayoría de nosotros nos encontramos trabajando a distancia, tratando de adaptar todos nuestros procedimientos y labores a esta nueva modalidad, y compatibilizarlos con las tareas del hogar y el acompañamiento de hijos e hijas que tampoco están asistiendo a sus colegios y/o familiares en grupos de riesgo.
Debimos suspender varias actividades que habíamos planificado y anunciado, como la inauguración del año académico, con la apertura oficial de nuestro programa de doctorado, o el panel sobre el "Rol del Estado en Infraestructura Hídrica" con el que íbamos a conmemorar el Día Mundial del Agua, un día tan importante, pero que en medio de la situación pasó a segundo plano en la contingencia. Esto a pesar de que la medida más eficaz para prevenir el contagio del COVID-19, que se nos ha repetido innumerables veces, es lavarse las manos con agua y jabón frecuentemente, lo que requiere contar con agua de una calidad adecuada para cumplir la función de limpieza. Se olvida que hay gran cantidad de personas en el mundo, y también en Chile, que no cuentan con este recurso. Tampoco pudimos honrar como se merecía al profesor Ernesto Brown, quien falleció a fines de enero, dejando un legado inmenso, por lo que quiero al menos dedicar unas palabras a uno de los maestros que se ha ido. La partida del profesor Brown es una fuente de profundo pesar para todos nosotros, colegas, discípulos, ex alumnos, amigos y amigas. Fue una persona muy querida y respetada que dio mucho a este Departamento y a la Facultad.
Ya veremos cuando podremos retomar las actividades que teníamos planificadas, pero el desafío ahora es otro y la prioridad inicial es proteger a las y los miembros de nuestra comunidad universitaria. Llevamos dos semanas transitando a una docencia en línea, utilizando herramientas que la Universidad tenía disponibles, pero que no se habían implementado al nivel que hemos visto estos días. El compromiso de nuestros docentes fue tal, que muy rápido comenzaron a ofrecerse las clases on line, lo que generó problemas de capacidad en las plataformas disponibles y visibilizó que un porcentaje significativo de los y las estudiantes (aproximadamente 30%) estaban teniendo problemas con conectarse a las clases, ya fuera por mala calidad o no disponibilidad de una conexión a Internet, por falta de un equipo adecuado para seguir las clases o por falta de un espacio para poder realizar sus actividades académicas en casa. La Universidad y la Facultad respondieron con celeridad a estas necesidades y se están distribuyendo, sólo en la Facultad, cerca de 800 chips de internet ilimitado para teléfonos o tablets y del orden de 300 equipos, entre tablets y notebooks. Además, se está proveyendo a los y las estudiantes de técnicas de estudio y organización del tiempo para paliar en parte los efectos de no contar con un espacio adecuado al estudio. Debido a que la distribución de este material comenzó poco antes de que se decretara el aislamiento domiciliario forzoso en 7 comunas de la Región Metropolitana, incluyendo a la de Santiago, donde se ubica nuestro Departamento, se decidió extender el período de transición a esta semana también, con la esperanza de que la mayor parte de los problemas se hayan resuelto o estén en vías de resolverse.
Quiero asegurarles que estamos haciendo los mayores esfuerzos posibles por poder ofrecer la formación de calidad que nos caracteriza en esta nueva modalidad, que todo indica que se va a extender más allá de algunas semanas. Lo que aprendimos después del cierre del segundo semestre de 2019 nos servirá para poder abordar esta contingencia de mucho mejor manera, pero sin duda es un desafío grande que estamos enfrentando en el país y en el mundo, al igual que la mayoría de las universidades.
Espero que este boletín les encuentre sanos y seguros junto a sus familias y que podamos pronto volver a encontrarnos en persona.