Matías Fuentes, de 20 años de edad y Rui Wang de 21, se conocieron en Plan Común el año 2021, mismo año en que se adjudicaron el Fondo Valentín Letelier para ejecutar el proyecto "Reintegrando Humedales" y, a partir de este proyecto se han hecho muy amigos. Hoy en día el proyecto les consume 15 horas semanales, teniendo reuniones de coordinación con distintos actores (municipalidad, profesores y funcionarios), visitas al humedal de Quilicura (Küla Kura), realización de escuelas ecológicas y desarrollo de las líneas de objetivos semestrales. En esta entrevista nos hablan sobre su experiencia.
¿Cuál fue su motivación inicial para participar en este proyecto?
La motivación inicial surgió durante nuestro curso de primer año, IGEA, parte del programa Hélice del área de innovación de la Facultad. En este curso, abordamos la problemática de los humedales, centrándonos en el humedal de Quilicura. La experiencia fue sumamente enriquecedora y nos despertó un fuerte sentido de justicia y preocupación por el medio ambiente. Nos dimos cuenta de la importancia de abordar la crisis climática, la sequía y otros problemas ambientales que enfrentamos hoy en Chile y en el mundo.
¿En qué consiste su proyecto?
"Reintegrando Humedales", tiene como objetivo restaurar tanto los humedales urbanos como los humedales en general. Además, buscamos aumentar la conciencia pública sobre la importancia de los humedales, un concepto que está ganando popularidad en la actualidad. Nos centramos en áreas clave, como la educación ambiental, mediante la producción de un documental para visibilizar el tema, el desarrollo de un dispositivo que mide la calidad del agua y también aspectos artísticos y culturales relacionados con los humedales.
¿Cuáles han sido los desafíos más significativos que han enfrentado y qué les ha impactado especialmente en este proyecto?
Los desafíos han sido variados y significativos. Uno de los principales ha sido la necesidad de obtener permisos para intervenir en terrenos privados, ya que los humedales se encuentran en áreas de propiedad privada. Este desafío se entrelaza con la gestión financiera, ya que se requiere financiamiento para llevar a cabo cualquier intervención directa en el territorio. Además, nos sorprendió la complejidad de la red de actores involucrados en la preservación de los humedales y cómo cada uno aporta una perspectiva única y valiosa. La privatización de terrenos y su uso para rellenos sanitarios ha sido un desafío importante. Esto dificulta la protección y resiliencia del ecosistema. Es algo que aún no hemos abordado por completo, pero es fundamental tenerlo en cuenta.
¿Cuál fue la motivación detrás de la creación del documental y qué sorpresas o desafíos encontraron durante su desarrollo?
El documental surgió como una idea para rescatar los testimonios de las personas que viven en la comuna y cómo han visto cambiar tanto la comuna como el humedal en sí. Partimos con esta idea luego de un trabajo de campo en el ramo de IGEA, donde una persona nos compartió cómo solía ser el humedal, lleno de agua y vida, y lamentamos que estuviera desapareciendo. Queríamos rescatar la historia de las comunidades que han habitado este lugar y dar a conocer su relación con el territorio. A medida que avanzábamos, nos dimos cuenta de que no solo hay un actor en el territorio, sino una red de actores que aportan diferentes perspectivas. Fue sorprendente descubrir elementos como la artesanía en totora y cómo la comunidad se relaciona con su entorno. Este proyecto se convirtió en una oportunidad para rescatar y concienciar sobre el patrimonio biocultural y las relaciones entre las personas y el entorno.
¿Cuáles son los próximos pasos en este proyecto? ¿Cómo impactará en el medio ambiente y en la comunidad?
Nuestros próximos pasos son ambiciosos y prometedores. Continuaremos fortaleciendo la educación ambiental, especialmente en las escuelas locales. También estamos planeando una exposición artística en la extensión de la línea 3 del metro para aumentar la visibilidad del proyecto. Además, estamos explorando la restauración del suelo en colaboración con la municipalidad, lo que podría servir como piloto para futuros proyectos de humedales artificiales.
Por otro lado, también están enfocados en generar una línea base de investigación para comprender a fondo este ecosistema. Queremos desarrollar investigaciones hidrológicas y de fauna para obtener un conocimiento más profundo. Creemos que esto nos permitirá idear soluciones más efectivas y de mayor impacto.
¿Qué consejo les darían a otros estudiantes que estén interesados en participar en proyectos similares y puedan tener ciertas dudas o temores?
Lo ideal es buscar personas con ideas afines y conectar con profesores que apoyen sus proyectos. Es fundamental persistir y no desanimarse ante los desafíos. La pasión y la determinación son clave para superar obstáculos y lograr un impacto positivo en la comunidad y el medio ambiente. Aprovechen todas las oportunidades que brinda la universidad, como financiamientos y programas de apoyo. No teman empezar desde cero, ya que la universidad es el mejor momento para dar vida a sus proyectos y verlos crecer.
Agradecemos a Matías y Rui por compartir su proyecto y experiencias con el equipo de Extensión, les deseamos mucho éxito en sus próximos desafíos.