La calidad del agua potable en Chile es buena y segura para ingerir, ya que la norma nacional que regula su calidad, la NCh 409, está alineada con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Así lo señala Katherine Lizama, académica del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, explicando que el agua potable en Chile proveniente de las plantas de tratamiento de las empresas sanitarias no está contaminada, ya que en estas plantas se remueven los principales contaminantes para asegurar que sea segura para su ingesta. “Otros componentes que se encuentran en la fuente de agua a potabilizar tienen un origen natural, y dado que las plantas de tratamiento no los remueven, porque la normativa no lo exige, permanecen en el agua. Algunos de estos son esenciales para el organismo, por ejemplo el magnesio”, dice.
Agrega que recientemente se ha documentado la generación de microplásticos a partir de objetos de plástico, como botellas o envases, además de que algunos tipos de plásticos —bajo ciertas condiciones— pueden liberar ciertos componentes tóxicos. “El agua embotellada pasa por un proceso de tratamiento adicional al de dichas plantas, que remueve varios de estos componentes. No obstante, la ausencia del etiquetado que indique su
composición limita la evaluación de su calidad y, por lo tanto, de
sus ventajas o desventajas”.
También, subraya el alto impacto ambiental asociado a la generación y disposición final del plástico, además de los microplásticos.
UNA EXCELENTE ALTERNATIVA
El agua purificada es una opción para obtener este elemento seguro, sin la dureza
que posee el agua potable. “El agua en Chile es naturalmente dura en la zona norte y centro, mientras que en la zona sur es naturalmente blanda. De esta forma, según mi criterio, la principal ventaja de tratar el agua potable es la remoción de la dureza, que es lo que causa la formación de sarro en hervidores y cafeteras principalmente. Además de este problema práctico, la remoción de dureza mejora el sabor del agua”.
Katherine Lizama sostiene que hay varios procesos de tratamiento avanzado, como por ejemplo la filtración con carbón activado. “En este proceso, distintos compuestos quedan retenidos en un filtro de carbón activado, dadas las características de este material.
Así funcionan los filtros y jarros que se pueden adquirir en el comercio para uso doméstico”.