Andrés Romero vive una doble pasión: la Ingeniería Civil y el hockey sobre patines, disciplina que hoy lo tiene como jugador del Club Red Star, además de cumplir el rol de encargado de deportes del Centro de Estudiantes de Ingeniería Civil durante el 2025. Actualmente cursa la especialidad de Estructuras, Construcción y Geotecnia, mientras avanza en una carrera deportiva que lo ha llevado a competir a nivel continental.
Recientemente, Andrés participó en el Panamericano de Clubes, un torneo que —según explica— “reúne a los mejores equipos de América”, y donde Red Star clasificó tras obtener el segundo lugar en la Liga Nacional el año pasado. Esta edición se realizó en la provincia de San Juan, Argentina, donde su equipo obtuvo el 2° lugar de la Copa de Plata, siendo además el equipo chileno mejor posicionado del campeonato, un logro que representa la mejor campaña de la historia del club en este certamen.
Compatibilizar el alto rendimiento deportivo con la vida universitaria no ha sido sencillo. Andrés reconoce que “muchas veces tengo que faltar a clases y evaluaciones por entrenamientos o partidos”, una realidad que enfrenta con organización y diálogo. Para este campeonato, comenta que pudo coordinar con profesores y profesoras del departamento para ausentarse de evaluaciones durante la semana del viaje, lo que le permitió competir sin descuidar su avance académico.
Más allá de los resultados, Andrés destaca que el deporte le ha entregado aprendizajes profundos. Señala que el hockey le ha enseñado a ganar y perder, a trabajar en equipo, a manejar la frustración, y que “mis más grandes amigos los he encontrado en el hockey”. Para él, esta disciplina no es solo un deporte, sino un espacio formativo y humano que lo acompaña en su vida diaria.
Hoy, considera el hockey una parte esencial de su identidad. Aunque reconoce que “no es fácil compatibilizar todo”, enfatiza que con esfuerzo y perseverancia es posible sostener ambos mundos. Su historia refleja la entrega de quienes compiten por Chile mientras se forman como profesionales, demostrando que la pasión y la disciplina pueden ir de la mano.
