Este es un proyecto no convencional en ingeniería civil, dado que se trata de recolección de energía a través de materiales piezoeléctricos, lo cual es un área típicamente asociada a la ingeniería mecánica. Sin embargo, en ingeniería civil se generan varias aplicaciones relacionadas al monitoreo de estructuras y sobre todo aquello referido a la alimentación de energía en sensores instalados en lugares remotos, por ejemplo, en puentes y construcciones con difícil acceso, así como también antenas o instalaciones en ambientes peligrosos.
Rafael Ruiz enfatiza que el proyecto está orientado a generar sensores que sean autónomos y que permitan recoger energía del ambiente y así alimentar al sensor, para evitar el uso de baterías.
“El problema es que existen muchos modelos para predecir el comportamiento de este sistema de alimentación de sensores y lo que busca el proyecto es seleccionar cuales son los modelos más adecuados que permitan diseños más precisos, en particular, en condiciones donde los parámetros que utilizan esos modelos no son conocidos con exactitud”, destacó.
Uno de los resultados esperados de este estudio, es que un futuro se generen y construyan estos sensores, lo cual aportaría al desarrollo de tecnología de alta calidad. Otro de los puntos importantes de este proyecto, es la interacción con distintas disciplinas (civil, mecánica, materiales y eléctrica), ya que son dispositivos que contienen un desarrollo de ingeniería estructural y dinámica de estructuras, así como también de la incorporación de materiales piezoeléctricos y otros materiales compuestos.
El marco metodológico usado también se utiliza en energía eléctrica para los sistemas y en computación para el desarrollo de algoritmos. “Como es un problema de cuantificación y propagación de incertidumbre, necesitamos saber cuál es la variabilidad (cuantificación) y cuál es el impacto (propagación)”, manifestó el profesor Rafael Ruiz.