Cristián Navas es especialista senior de la División de Transporte en la representación de Chile, donde se desempeña en los ámbitos del desarrollo de políticas públicas de transporte urbano, tecnologías emergentes para la movilidad y de la infraestructura para los sistemas de transporte. Ha trabajado en el desarrollo y planificación de los sistemas de transporte por más de 15 años, tanto desde la empresa privada como desde el sector público. Ha liderado el desarrollo de planes y políticas de modos no motorizados en el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones de Chile y ha sido jefe de proyectos de diversas iniciativas de transporte urbano, desarrollo orientado al transporte, gestión de la demanda y seguridad vial. Entre el año 2014 y 2016 fue jefe de proyectos en la Coordinación de Concesiones del Ministerio de Obras públicas de Chile, donde lideró el desarrollo de alianzas público-privadas (PPP) en los ámbitos de infraestructura de transporte y sistemas de transporte público. Cristián es Ingeniero Civil con mención Transporte de la Universidad de Chile y cuenta con un Máster en Estudios Urbanos y Planificación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (2017).
¿Por qué decidiste estudiar Ingeniería Civil?
Siempre fue un desafío para mí saber qué estudiar. Yo venía de un colegio que tenía un mayor énfasis por el área humanista, pero yo me consideraba cien por ciento del lado científico, entonces fue que me interesé por estudiar Ingeniería y en la U. de Chile. Esa era la meta que yo me había planteado. Mi primer acercamiento fueron los cursos de la Escuela de Verano, en cuáles me inscribí, pero finalmente no pude participar y me quedó el “bichito”. Además, una tía que había estudiado ingeniería civil estructural en Beacheff, me incentivaba a entrar a la carrera. Aún así, no estaba del todo seguro y entré primero a Bachillerato en la U. de Chile, pero luego me decidí por Ingeniería. Si bien me sentía un poco ”foráneo” por no haber hecho el primer año en la FCFM, me encantaba lo que estudiaba y estaba muy contento de haber logrado lo que me había propuesto..
Una vez en Ingeniería Civil, ¿por qué la especialidad de Transporte?
Siempre quise que mi carrera tuviera un enfoque más social y sentí que la especialidad que más tenía eso era Transporte. Cuando empecé a estudiar los primeros cursos de Transporte vi que tenía beneficios para las personas y que explícitamente lo veíamos en las clases. Sentí que a través del transporte podría hacer cambios o aportar a la sociedad de manera más directa, por ejemplo, entregando mejor movilidad en las ciudades para las personas y eso me pareció fascinante. Si bien “Transporte” no es tan visible como las demás especialidades, también tiene mucho trabajo detrás y es muy interesante porque son cosas que se ven en el día a día de las personas, por ejemplo, la programación y coordinación de los semáforos, antes yo no sabía toda la ingeniería que había detrás de eso. Por otro lado, de transporte toda la gente opina (sobre todo en las comidas o almuerzos familiares) y siempre es difícil llegar a consensos, ya que todos somos usuarios y tenemos experiencias diferentes, lo que genera un desafío muy interesante. Es por ello, que parte importante del quehacer de los ingenieros en transporte, es modelar el comportamiento de las personas, que varían en cada cultura y ciudad.
¿En qué consiste tu trabajo actual y de qué manera haber estudiado Ingeniería en Transporte te sirvió para esto?
Actualmente soy Especialista Senior en la División de Transporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuya misión es apoyar el desarrollo de los países de América Latina y el Caribe a través de préstamos financieros y de transferencia de conocimientos. Nuestra misión es mejorar vidas y siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, poniendo énfasis en nuestra visión 2025 que considera entre otros el enfoque de género y diversidad, la sostenibilidad y el cambio climático. Actualmente somos alrededor de 3000 empleados, con presencia en 26 países de la región.
Como Especialista senior de Transporte en Chile, mi labor es apoyar a nuestros clientes del sector público, como el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) y el Ministerio de Obras Públicas (MOP),en las diversas áreas que sean prioritarias para el Gobierno. En el último tiempo nos hemos enfocado en el desarrollo tecnológico y digitalización de los sistema de transporte. Por ejemplo, en 2019 financiamos y apoyamos al MTT en el primer piloto de operación de un minibus autónomo, que operó por más de 3 meses en el Parque O’higgins, trasladando a más de 6.400 personas, lo que nos permitió acercarnos a lo que va a ser el transporte del futuro. En paralelo, hemos apoyado en la digitalización de la encuesta Origen-destino (EOD), que es el principal instrumento que nos permite modelar los sistemas de transporte. Se hace cada 10 años, de manera presencial, por lo que requiere mucho tiempo y recursos en su aplicación, similar al Censo. Creemos que acá hay una gran oportunidad de aplicar medios tecnológicos para una nueva aplicación del instrumento. Ya hemos realizado varias pruebas buscando que se responda la encuesta a través de una aplicación de Smatphone, la que además de recopilar lo que normalmente reporta una EOD, es capaz de registrar información de las rutas de los viajes y eliminar los problemas de sub-reportes de viajes.
La Universidad de Chile y la carrera de Ingeniería Civil, me entregaron muchas de las herramientas para desarrollarme en todos los trabajos que he realizado y sobretodo una base muy sólida de conocimientos. Fue aún más notorio cuando realicé mis estudios de postgrado en el MIT (USA), donde me sentí muy bien preparado en comparación con mis compañeros, y pude percibir que la U. de Chile está dentro de las mejores escuelas de transporte a nivel internacional.
¿Cuáles crees que son los desafíos en materia de transporte público nacional?
Para mí el principal desafío es regional, debemos llevar a todas las regiones del país el estándar de transporte y movilidad que vemos hoy en Santiago. Actualmente hay una brecha muy grande y las regiones se merecen tener mejores sistemas de transporte. Espero que las políticas de regionalización y otras que se han venido impulsando sigan apuntando en este sentido.
Cuando hablamos de un mejor estándar, no necesariamente es copiar el sistema de Santiago. Hemos aprendido que no existen soluciones mágicas, si bien hay ciertas directrices y estándares que se repiten, no existe una fórmula que funcione en todos lados, por eso es muy importante que cada unidad urbana tenga su visión de movilidad y que esta persiga elementos como la sustentabilidad, la inclusión y el ahorro de recursos.. Es fundamental la perspectiva de los usuarios; trabajar con ellos en las soluciones y que se sientan representados con la política pública, ya que el efecto que tiene el transporte en la calidad de vida de las personas es enorme.
Dada tu experiencia profesional ¿Qué enfoques, habilidades o competencias debieran incorporarse en la malla de ingeniería civil?
La ingeniería en Transporte se está moviendo hacia la toma de decisiones basadas en datos obtenidos a través de dispositivos tecnológicos. Además, los avances y usos de las nuevas tecnologías nos permiten solucionar problemas que antes no podíamos resolver. Ejemplo de ello es la automatización y la movilidad autónoma. Todos estos avances que estamos viendo, generarán sin duda un cambio muy grande de paradigma para nuestra diciplina. Por ejemplo, hablamos de la encuesta Origen y Destino, que cada 10 años se evalúa el comportamiento de los usuarios. Probablemente, en el corto plazo, podamos obtener esta información en un instante, casi en tiempo real. Esto es una herramienta muy potente al servicio de la ingeniería en Transporte. Por otro lado, con la automatización y el 5G podamos acercarnos a resolver los problemas de congestión. Aunque aún no sabemos cómo van a evolucionar los mercados y como va a ser la masificación de la movilidad autónoma, sin duda esta tecnología tendrá un rol preponderante, tanto por el de uso de los datos, como en la posibilidad de generar diferentes soluciones a los problemas de transporte, es por ello que debemos estar preparados para dar una respuesta y enfocar estas tecnologías para el bien del usuario. Por ejemplo, las plataformas de Ridesharing como Uber, aparecieron hace más de 8 años en Chile, no los vimos venir, y revolucionaron el transporte, sin embargo, aún no hay una ley que los regule.
¿Cuáles son tus aspiraciones profesionales a futuro, en qué te gustaría desarrollarte?
Estoy en una etapa más madura, tengo una carrera acá en el BID donde podemos ayudar a muchos países, lo que me mueve mucho. Además, creo que es muy importante seguir estudiando, por lo que he pensado en la posibilidad de hacer un doctorado, pero no lo tengo tan claro aún.
Finalmente, ¿Cómo motivarías a más jóvenes a estudiar la mención de Transporte?
La carrera de Ingeniería en transporte te permite estar muy cerca de este beneficio social que hablamos en un comienzo. Las acciones en materia de transporte son super palpables y puedes ver los beneficios que generan sin perderte entre el concreto y la infraestructura en sí. Por otro lado, es un tema que siempre está en la opinión pública, porque somos todos usuarios, siempre se comenta del transporte, de sus políticas, y de cómo han cambiado con el tiempo. Esta carrera es muy dinámica, sobre todo con los cambios tecnológicos que estamos viviendo, donde siempre hay un espacio para desarrollarse de buena forma, y las herramientas que entrega la universidad son buenísimas y me consta que están a la altura de los cambios que vivimos. En mi perspectiva, y con lo que me ha tocado conocer de la realidad de diferentes países, no me queda duda que la U. de Chile es una de las mejores y que tiene una posición de liderazgo en el ecosistema de transporte de la región.