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Entrevista a Luis Ayala, ex académico DIC: "Debemos volver a incentivar la experimentación en ingeniería"

Entrevista a Luis Ayala, ex académico DIC

Luis Ayala RiquelmeLuis Ayala ha dedicado más de cinco décadas al desarrollo de la ingeniería hidráulica en Chile, combinando docencia, investigación, gestión y consultoría. Fue académico del Departamento de Ingeniería Civil (DIC) de la Universidad de Chile entre 1971 y 2023, contribuyendo significativamente en proyectos de infraestructura hidráulica a nivel nacional. Sus aportes abarcan sistemas de captación, conducción, almacenamiento de agua, y proyectos para riego, minería, infraestructura vial e hidroeléctrica. También ha liderado trabajos en protección contra desastres hidroclimáticos como inundaciones y aluviones. 

En el ámbito normativo, participó en la creación de manuales de diseño para la Dirección General de Aguas y la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas. Además, ha promovido la difusión académica como Director Honorario y expresidente de la Sociedad Chilena de Ingeniería Hidráulica (1990-1995). 

Tras completar estudios de máster y doctorado en la Universidad de California, Berkeley, Ayala se enfocó en modernizar la enseñanza de mecánica de fluidos e hidráulica en la Universidad de Chile, creó el primer curso de transporte de sedimentos e impulsó la investigación experimental.  “En mis primeros años, con pocos recursos, logramos establecer una base sólida para la enseñanza y la investigación en hidráulica fluvial", recordó. Ocupó los cargos de Jefe de Sección del Centro de Recursos Hídricos, Director del Departamento de Ingeniería Civil (1985-1988), Director Académico y Vicedecano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (1994-2006), y Vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Institucional de la Universidad de Chile (2006-2012). 

En el ámbito empresarial, es director ejecutivo de AC Ingenieros Consultores Ltda. y APR Ingeniería SpA, empresas destacadas en consultoría hidráulica en Chile. Su legado combina innovación académica, impacto profesional y visión para las futuras generaciones de ingenieros. 

- ¿Qué recuerdos tiene de sus primeros años en el Departamento de Ingeniería Civil? 

“Comencé a hacer clases en el Departamento de Ingeniería Mecánica en 1970 como auxiliar de Mecánica de Fluidos, y un año después, en 1971, me uní como académico de jornada completa a la Sección de Ingeniería y Riego del Departamento de Ingeniería Civil. Fue en este periodo que empecé a investigar en Hidrología y a formar parte del equipo dirigido por el profesor Basilio Espíldora. Mi primera investigación, titulada “Análisis de Frecuencia de Datos Hidrológicos mediante Computación”, fue dirigida por el Profesor Patricio Ferrer, a quien rindo homenaje por su reciente partida. 

Los primeros años fueron difíciles debido al caos en el país. La universidad apenas comenzaba a conformar un cuerpo académico de jornada completa, con reglas poco claras y condiciones materiales limitadas. Para subsistir, necesitábamos trabajar en oficinas de consulta después de nuestras jornadas universitarias, asumiendo responsabilidades que a menudo requerían trabajar fines de semana y festivos. 

En 1972, tuve la fortuna de que uno de mis colegas del equipo de Hidrología y Riego decidiera no continuar con su doctorado en la Universidad de California, lo que liberó recursos para financiar mi máster. Postulé a UC Berkeley y fui seleccionado para comenzar en septiembre de 1973. A pesar de que el golpe militar interrumpió el financiamiento, pude completar mi Master of Science en junio de 1974 gracias a un apoyo parcial de la universidad y a la ayuda económica de mi esposa, María Isabel. 

Regresé a Chile en 1977, habiendo completado la fase experimental de mi tesis, que investigaba los cambios en las formas de fondo de cauces naturales. Este trabajo, financiado por el US Corps of Engineers, no fue fácil ni rápido. Durante los siguientes dos años y medio, alterné mis actividades académicas con el análisis de datos de laboratorio y la redacción de mi tesis, la cual defendí en 1980 en Berkeley. 

Los años de dictadura fueron igualmente difíciles, ya que no había un plan estratégico claro para el desarrollo de la universidad. A pesar de las limitaciones y las dudas personales, mantuve mi idealismo y me propuse avanzar en mi carrera docente e investigadora en Hidráulica Fluvial, un área poco conocida en Chile.  

A partir de 1990, con la llegada del Profesor Mauricio Sarrazin al decanato, la Facultad inició un proceso de fortalecimiento académico y recuperación de infraestructura, especialmente tras los daños sufridos por el terremoto de 1985. Este proceso continuó en los decanatos posteriores de los profesores Víctor Pérez, Francisco Brieva y Patricio Aceituno.” 

- Durante su carrera también asumió cargos de liderazgo en la universidad, ¿cómo fue esa experiencia? 

En 1994, asumí el cargo de Director Académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, formando parte del equipo del decano Víctor Pérez, junto a destacados colegas como Reynaldo Charrier, Jaime Gibson y Servet Martínez. Mi rol fue demandante, ya que debí equilibrar la docencia, la investigación y la administración, lo que me llevó a dejar de lado mi carrera académica a tiempo completo. A finales de 1994, el Decano Pérez me pidió que también dirigiera el Departamento de Ingeniería de Minas para implementar un Plan de Desarrollo Académico, buscando fortalecer la carrera con el apoyo de la industria minera. 

Entre 1997 y 1998, volví a ejercer el doble rol de Director Académico y Director del IDIEM, que enfrentaba una crisis organizativa y económica. Mi objetivo era reorganizarlo y redefinir su proyecto de desarrollo académico, vinculado al Departamento de Ingeniería Civil, para reinsertarlo en el mercado de ensayos y control de calidad. Buscábamos asegurar su autofinanciamiento ofreciendo servicios especializados y asesorías a la industria de la construcción. En esa época, el DICTUC de la Universidad Católica era nuestro competidor directo, operando con más libertad y flexibilidad en un mercado que se regía por reglas de competencia. 

Durante el segundo periodo del decanato del Profesor Pérez, que comenzó en 1998, asumí como Vicedecano de la Facultad y continué en el cargo hasta 2006. Junto al equipo de decanato, desarrollamos ambiciosos proyectos para renovar el cuerpo académico y modernizar la infraestructura física de la Facultad, finalizando la construcción del edificio de Computación y avanzando en otros proyectos importantes, como la remodelación de varios edificios y la creación de Laboratorios Integrados. 

Me siento afortunado de haber participado en este desafiante proyecto institucional, que sentó las bases para el desarrollo y liderazgo actual de nuestra Facultad. En 2006, el profesor Víctor Pérez me invitó a unirme a su equipo de rectoría como Vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Institucional. Mi experiencia en el decanato me ayudó a implementar planes a nivel institucional, como la gestión financiera que eliminó un endeudamiento significativo y un plan de modernización de la gestión institucional. 

Entre los proyectos más destacados que lideramos se encuentra la “Iniciativa Bicentenario para Revitalizar las Humanidades, las Artes y las Ciencias Sociales”, con un presupuesto de cerca de US$ 80 millones, que mejoró la infraestructura y aumentó la productividad académica. También iniciamos el anteproyecto del Edificio Vicuña Mackenna 20, destinado a albergar el Instituto de Asuntos Públicos y espacios para la Orquesta Sinfónica de Chile, el Ballet Nacional Chileno y otras agrupaciones artísticas.” 

- ¿Cuáles han sido los mayores desafíos de su carrera? 

“En mis primeros años, uno de los mayores retos fue desarrollar una carrera académica exigente en un entorno de total indiferencia institucional y con escasos recursos para la docencia y la investigación. Este período fue de mucho trabajo y dedicación, y aunque enfrenté grandes dificultades, logramos consolidar el área experimental que inicié tras completar mi doctorado. Esto fue posible gracias a la contratación de nuevos académicos de jornada completa, como Aldo Tamburrino, Yarko Niño y Carlos Espinoza, a pesar de que la Universidad ponía diversas trabas para fortalecer los cuerpos académicos. 

Equilibrar la docencia, la investigación y los roles administrativos fue un desafío constante. En mis funciones como Director Académico, Director del Departamento de Ingeniería de Minas, Director del IDIEM, Vicedecano y Vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Institucional, enfrenté retos complejos que a menudo debí asumir sin mucha experiencia previa, explorando nuevos caminos y adoptando soluciones no probadas. 

Las situaciones más complicadas en términos de gestión institucional estaban relacionadas con la fijación de aranceles universitarios, reajustes salariales y presupuestos de unidades académicas. Estas cuestiones generaban tensiones con dirigentes estudiantiles, organizaciones no académicas, el Hospital y otros decanos y directores, lo que requería una cuidadosa gestión para minimizar conflictos y encontrar soluciones. 

También recuerdo con gratitud el desafío de integrar el Directorio de Azul Azul, junto al decano de Derecho, Roberto Nahum. Aprendí sobre el negocio del fútbol profesional y participé en proyectos emblemáticos como el Centro Deportivo Azul (CDA), inaugurado en 2010. En el Directorio, contribuí a decisiones estratégicas, como la contratación de Jorge Sampaoli como entrenador, quien llevó a la Universidad de Chile a ganar los campeonatos nacionales de Apertura y Clausura en 2011, así como la Copa Sudamericana ese mismo año.” 

- ¿A qué se dedica actualmente?  

 "Aunque oficialmente me retiré de la universidad a los 65 años, continué apoyando en cursos y memorias de título al DIC como profesor ad honorem hasta 2023. En paralelo, estos 12 años he trabajado intensamente en la consultoría de ingeniería, especialmente en proyectos relacionados con infraestructura de riego, vial, hidroeléctrica, sanitaria, industrial y minera, concentrándome el último tiempo en la modelación y diseño de soluciones para la mitigación de inundaciones y control de aluviones asociados a eventos extremos, incluyendo en ellos estudios básicos de ingeniería y los distintos niveles de desarrollo de los proyectos desde prefactibilidad hasta ingeniería de detalles. Parte de mi tiempo lo dedico también a realizar visitas de terreno, particularmente recorridos de reconocimiento de ríos y cuencas hidrográficas para proyectos hidráulicos a lo largo de todo el país lo que me ha permitido recorrer a pie o en helicóptero, de desembocadura a nacientes ríos como los ríos Putre y San José en Arica hasta el río Las Minas en Punta Arenas, últimamente navegar golfos, fiordos y esteros como el Golfo Almirante Montt, los estero La Montaña y Worsley y fiordos como Staines en Puerto Natales cerca de Campos de Hielo Sur"  

- Fuera del trabajo, ¿cuáles son sus hobbies y pasiones?  

"Soy una persona tradicional, y mi mayor satisfacción ha sido formar una familia estable, unida y muy cercana a nosotros con mi señora María Isabel. Llevo casado 51 años y tengo hijos y nietos con los cuales comparto fines de semanas y muchas veces vacaciones aprovechando de señalarles un camino, de mostrarles un modo de vida austero que a uno y a su entorno le de felicidad y tranquilidad, como lo hice con mis hijos, donde prevalezca la idea que el desarrollo personal y estabilidad emocional depende en gran medida del propio esfuerzo, de la disciplina y de la dedicación y entrega a un proyecto de vida, solo o en familia, que cada uno  se proponga y pueda definir con total libertad. Disfruto de la vida sencilla, de la Naturaleza, de los viajes a terreno, de la vida al aire libre y en mi casa de la tranquilidad y de actividades jardinería y menesteres domésticos, sin faltar la rutina diaria de leer el diario al desayuno. Cuando era más joven, practicaba deportes como el fútbol, rugby y tenis, y en verano aún ahora disfruto realizando algunas caminatas, nadando y cuidando mi jardín."  

- Un mensaje para la comunidad del DIC 

“En tiempos más recientes, he notado en las y los egresados de nuestra especialidad en Hidráulica y Sanitaria una preferencia creciente por las áreas de modelación, simulación y manejo de datos, en lugar de las “ingenierías duras” que caracterizaban nuestra generación. Estas disciplinas se enfocan en la observación de fenómenos físicos, así como en la recolección y análisis de datos, para generar un conocimiento empírico inicial. Posteriormente, se busca formular abstracciones conceptuales y matemáticas que permitan modelar estos fenómenos y diseñar soluciones prácticas en Ingeniería Hidráulica. 

Es esencial que incentivemos la experimentación en nuestro Laboratorio de Hidráulica. Aunque reconozco que es más cómodo trabajar frente a un computador que estar al lado de un canal, especialmente en invierno, es fundamental que los estudiantes se entusiasmen y sistematicen los conocimientos obtenidos a través de la observación directa de fenómenos hidráulicos. La modelación es una herramienta valiosa, pero debemos recordar que se basa en teorías y supuestos que pueden no cumplirse, lo que resalta la importancia del juicio crítico del ingeniero en la interpretación de resultados. 

Además, siento que el Departamento está algo alejado de sus egresados y del mundo práctico. La diversidad de problemas que enfrentamos en diferentes realidades geográficas y climáticas de nuestro país presenta enormes desafíos. Por ejemplo, un diseño estándar para saneamiento en la zona central puede no ser aplicable en el norte, donde los flujos sedimentarios requieren soluciones específicas. Por lo tanto, es crucial fomentar una relación más cercana entre el mundo académico y el profesional, beneficiando así a nuestros estudiantes y abordando las necesidades del Chile real.” 

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