Durante febrero de 2025, el Departamento de Ingeniería Civil, a través del profesor Adolfo Ochoa y su equipo, llevó a cabo una nueva versión del programa de prácticas en Sistemas de Agua Potable Rural (APR), enmarcado dentro del Programa de Colaboración con APRs. En esta edición, siete estudiantes se insertaron en distintos territorios para realizar diagnósticos, levantamiento de información y aportar soluciones técnicas a comunidades que dependen de estos sistemas, mientras convivían con la comunidad local. El equipo de estudiantes en práctica estuvo compuesto por Andrea Chiu, Alonso Ramírez, Joaquín Bórquez, Catalina Reyes, Viviana Isamit, Alejandro Ramos (dirigidos hacia Ovalle) y Valentina Pino (San Enrique, Chimbarongo).
El trabajo en terreno se extendió por un mes y permitió a los y las estudiantes aplicar herramientas como la modelación hidráulica, el análisis de redes de distribución y la optimización de recursos hídricos. Además, fortalecieron su capacidad de trabajo colaborativo con dirigentes y operadores de APRs, enfrentándose a problemáticas reales del sector.
La participación en las prácticas significó una experiencia enriquecedora tanto para el estudiantado como para las comunidades. “Se logró una integración efectiva con los dirigentes de estos sistemas y los trabajadores, lo que permitió realizar diagnósticos y aportar con soluciones concretas en cada lugar. En términos generales, se cumplieron las expectativas del programa, ya que los estudiantes completaron sus horas de práctica en terreno, aplicaron sus conocimientos en problemas reales y generaron información técnica valiosa para los APRs”, indicó Francisca Rosales, una de las organizadoras del programa.
Entre las habilidades adquiridas por los estudiantes destacan el levantamiento de información en terreno, la digitalización de datos y la capacitación a operadores en nuevas metodologías de gestión del agua. También se implementaron softwares de modelación hidráulica como EPANET, fundamentales para evaluar la suficiencia del sistema en términos de calidad, cantidad y continuidad del servicio.
Uno de los desafíos más importantes de esta versión fue la participación de la estudiante Valentina Pino, en el APR San Enrique de Chimbarongo, en la Región de O’Higgins. La magnitud de este sistema representó un reto tanto para la estudiante como para la supervisión, debido al extenso levantamiento de datos requerido.
En cuanto a las dificultades tecnológicas que enfrentó el equipo, Paula Castillo, otra de las organizadoras, comentó que “tanto estudiantes como supervisores sufren problemas de conectividad en las zonas rurales. Aún con estas dificultades, pudieron realizar sus labores y utilizar los softwares necesarios, especialmente EPANET, con el que detectaron problemas y entregaron soluciones para aquellos que pueden resolverse con los recursos actuales de los APRs”.
Para el 2026, el equipo organizador busca fortalecer la convocatoria y garantizar que los postulantes sean personas con una fuerte vocación social y compromiso con las comunidades rurales. "Tenemos que ser más claros en informar al estudiantado que éstas no son las prácticas tradicionalmente conocidas, sino que son diferentes, y se requiere un mayor grado de compromiso que el habitual. Nuestra expectativa para el 2026 también está basada en el fuerte apoyo brindado por las autoridades del DIC”, señala Adolfo Ochoa, profesor a cargo de la organización. “Pero antes de la próxima versión de prácticas, está todo el año 2025, período en el cual esperamos sumar alumnos y alumnas del DIC que desarrollen trabajos de título aplicados a problemas reales de la ruralidad, sobre APRs y canales de riego, administración de cuencas y diseño de embalses sustentables para abastecimiento de agua potable en zonas rurales, por ejemplo”.
Otro desafío para el presente año es la incorporación de otras carreras de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, como Ingeniería Eléctrica, para atender problemas de esa especialidad que tienen los APRs; e incluso estudiantes de carreras en otras facultades, como agronomía, forestal, geografía y derecho”, agrega el profesor Ochoa
Finalmente, el impacto de esta iniciativa ha trascendido el ámbito universitario, dando origen a la Fundación Puquial, una organización cuyo objetivo es promover el bienestar y la calidad de vida de las comunidades rurales a través del acceso al agua potable, saneamiento e higiene.