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Yolanda Alberto, nueva académica de ingeniería civil: "La docencia es un constante desafío, al menos percibo a los estudiantes chilenos con un rol muy activo en la sala de clases"

Entrevista a Yolanda Alberto, nueva académica de ingeniería civil.

¿Por qué decidió elegir las ciencias de la tierra, específicamente la geotecnia como área de especialización?

Bueno, todo parte por el pregrado que realicé en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) donde estudié ingeniería civil y en una primera instancia me interesé por el área de transportes, lo cual me parecía muy importante pese a que no entendía muy bien la dinámica de esta disciplina, sin embargo lo relacionado al diseño de carreteras y otros elementos hacían de esa área algo muy interesante para mí. Luego de ello, me fui de intercambio a la Universidad de Purdue, donde cursé varias clases de transportes y a la vez de geotecnia. 

¿Es así como nace el interés por la geotecnia?

Sí. Si bien en el área de transporte me interesaba la parte de diseño vial y de carreteras, en este intercambio se abrieron nuevos ámbitos de estudio que me llamaron la atención, como es el caso de la geotecnia. Cuando regresé del intercambio, decidí realizar mi memoria con un profesor del área de geotecnia, específicamente en ingeniería geosísmica. En la memoria comenzamos a observar cuáles eran los problemas causados por los sismos en la Ciudad de México, lo que abarcaba los problemas de hundimientos tras estos eventos. A raíz de ello, decidí realicé la maestría en la Universidad de California en Berkeley.

En la maestría cursé todas las clases de geotecnia, lo que encajaba porque las condiciones de suelo en California y en México son similares, haciéndolo muy interesante para mis investigaciones. Ambas ciudades poseen arcillas blandas, lo cual es un problema ante eventuales sismos, dado los asentamientos y efectos de sitios existentes.

¿Luego de ello decide realizar de inmediato su Doctorado?

Todos los temas vistos en la maestría en California fueron claves al momento de seguir mis estudios, uno de los temas que me interesaba era la licuefacción de suelo y así fue como conversé con unos de los profesores, quien me comentó que lo relacionado a estudios de licuefacción estaba muy bien desarrollado en Japón y que podría interesarme estudiar allá.

Pese a toda la motivación por seguir mis estudios en esta área, después de terminar la maestría me regresé a México, donde estuve trabajando en una empresa constructora, lugar en que además se hace consultoría. En esta empresa estuve trabajando en varios proyectos relaciones a túneles y el uso de TBM. Además, tuve la oportunidad de explorar en proyectos donde se hacían análisis sísmicos, de asentamientos e interacción suelo-estructura.

¿Esto fue clave a la hora de elegir el Doctorado a cursar?

Sí. Sobre todo porque en la empresa que trabajé se realizaban análisis sísmicos de túneles, el cómo se comportarían las propiedades del suelo a largo plazo, etc. Entonces, como profesional sentía que aún faltaba mucho que hacer y que quizás todas las operaciones que realizábamos en este tipo de trabajos de ingeniería podía ser mejorada. Luego de ello fue cuando me replantee nuevamente la idea de cursar el doctorado en Japón. 

Dos años y medio casi, después de haber hecho la maestría. Allí entonces me acordé de lo de Japón y pensé ¿Qué tan distinto puede ser a Estados Unidos? Y apliqué, entonces me fui a Japón y sí, era muy diferente. Fue algo así como de otro mundo, todos me decían cuando me fui que con el inglés iba a ser suficiente… No es cierto. El inglés es suficiente en la universidad pero cuando quieres hacer cualquier otra actividad es totalmente diferente. Me fui justo el año 2011 del terremoto y tsunami en Japón. Cuando llegué tenía la idea de ver más el tema de túneles, temas sísmicos en arenas, pero como se dio el tema del sismo, mi tutor fue el que me dijo que nos lanzáramos a ver la parte de licuefacción. 

Hubo mucha licuefacción en la bahía de Tokio, entonces tomamos muestras de suelo de ese lugar y empezamos a hacer pruebas para analizar la influencia de los finos. Toda esta área posee suelo recuperado del mar, por ello el proceso de dragado del suelo ha generado unos finos que no tienen ninguna plasticidad, porque en realidad son solamente partículas más pequeñas de la arena del mar. En otras oportunidades se ha creídos que ese tipo de finos pueden mejorar la resistencia de ese suelo a la licuefacción, pero en realidad no es tan cierto, ya que es diferente el contenido fino plástico que el no plástico. Fue así como hicimos pruebas con este tipo de material para observar y comprobar que en realidad un suelo con finos no plásticos sigue siendo muy vulnerable a la licuefacción. Todo lo anterior sentó las bases para mis estudios de investigación del doctorado en Japón. 

¿Estos ensayos y estudios que usted menciona son particularmente usados para la construcción de infraestructura en estas zonas?

Exactamente, porque sobretodo esa parte de Tokio es bastante nueva y se sigue construyendo, zonas como Tokio Disneyland, están precisamente construidas en un área que fue recuperada del mar. Sin embargo, en el área de Tokyo Disneyland hicieron un mejoramiento impresionante del suelo, trabajaron bastante para que no hubiera licuefacción. Pese a ello, existen otros vecindarios cercanos a esta zona en donde las casas tenían asentamientos diferenciales severos, había mucho problemas de tuberías y flotación de estructuras del sistema de drenaje, como pozos de visita, causados por licuación.

Todo lo anterior fueron temas que trabajé e investigué, sumando a ello el estudio del comportamiento de suelos y finos, tanto así como de comprobar si de verdad mejoraban o no la resistencia. Todo ello me motivó a seguir estudiando y profundizando en esta área, aunque no me esperaba que hubiese un sismo de esa magnitud justo a la hora de comenzar mis estudios del doctorado.

¿Cuánto tiempo estuvo en el doctorado?

Estuve tres años.

¿Cómo fue la interacción con los y las estudiantes de Japón? ¿Qué rescata de esa experiencia?

Fue muy interesante, porque el sistema de la Universidad de Tokio está basado en gran parte al trabajo en laboratorios, por lo que cada profesor posee un laboratorio. Por ejemplo, yo estaba en el laboratorio de geotecnia, así también como existe el laboratorio de puentes y de áreas más específicas como de transporte, estructuras, geotecnia ambiental y de ríos. Entonces, dentro del laboratorio están todos los estudiantes que quieren trabajar y estudiar ese tema, desde los de pregrado hasta los de doctorado, siendo los estudiantes de pregrado con quien mayor grado de interacción tienes pues están en la etapa de elaboración de sus memorias.

¿Cuál sería su línea de investigación con mayor interés?

Mi línea de investigación es el área geosísmica y el riesgo sísmico. Sin embargo he seguido trabajando en temas de túneles y de propiedades de los suelos. Después del doctorado muy pocas personas te comentan que encontrar un empleo en esa área es difícil, actualmente nos encontramos en una situación donde hay muchos doctores pero existen muy pocas posiciones académicas. Para continuar tu carrera después del doctorado, puedes trabajar en un país donde la industria sí reciba doctorantes y lo segundo es trabajar directamente en la academia, en una posición de profesor o como postdoctorante.

Ante esta situación ¿Cuáles fueron las opciones para comenzar en esta área?

Cuando cursaba el doctorado seguía en contacto con muchos compañeros de Berkeley y de México y ellos me recomendaron que me pusiera a buscar trabajo un año antes de acabar el doctorado, porque lo más probable es que al terminar quedaría en una especie de “limbo” laboral. Cuando comencé a postular a empleos, lo hacía aplicando en posiciones como profesora, pero tenía poco tiempo y terminé aceptando un postdoctorado en Canadá, en la Universidad de Alberta. Estuve un año ahí, trabajando en estudios de estabilización de túneles, en Canadá no poseen suelos complicados, las arcillas son bastante rígidas y es fácil avanzar con una tuneladora, el problema que tienen está centrado en la operación, donde la arcilla es difícil se extraer de la tuneladora y para ello necesitan aplicar aditivos para que sea un poco más manejable y la maquinaria avance más rápido. Otro tema que en Canadá les interesaba bastante, era lo relacionado a lo geotécnico y estructural, y el uso de tecnologías de excavación sin trincheras, para así construir infraestructura, por ejemplo, para líneas de fibra óptica. En las ciudades no quieren causar ningún tipo de daño a las estructuras, por lo que quieren que sea a procedimientos que no perturben la infraestructura superior.

Por lo que usted comenta siguió trabajando en áreas transversales de transporte y geotecnia…

Sí, son temas interesantes pero en ese momento sentí que no eran retos tan interesantes como los que se tienen en lugares sísmicos. Fue así como en este mismo periodo retomé una oferta a la había postulado, la cual era en CIGIDEN (Centro de Investigación para la Gestión Integrada de Riesgos de Desastres). De esta manera, el año 2015 me vine a Chile y estuve seis meses, porque cuando ya estaba aquí, desde la Universidad de Tokio me informaron que había una posición como profesor asistente.

En el CIGIDEN estuve trabajando en la vulnerabilidad sísmica de sistemas, específicamente en el sistema de aguas, el cómo afecta cualquier tipo de sismo el sistema de aguas y el cómo realizar mapas de riesgo geotécnico. Además, trabajé en los suelos salinos de Alto Hospicio.

Uno de los temas que estuve trabajando en la Universidad de Tokio y que sigo estudiando hasta el día de hoy, es la vulnerabilidad de redes de agua, no solamente desde el punto de vista de análisis sísmico de los elementos, sino un enfoque sistémico del comportamiento de la red y luego cómo interactúa esa infraestructura con lo social. Por ejemplo, cuando ocurre un terremoto, analizar cómo se detiene el sistema, cómo se recupera, cuáles son las acciones de emergencia y cómo se realizará la restauración post evento. 

Lo que en Chile se trabaja muy de la mano de las políticas públicas…

Desde la geotecnia trato de involucrarme bastante en eso, me interesa aportar en las decisiones que se toman frente a este tipo de catástrofes naturales.

Un rol clave a la hora de establecer vínculos con otros organismos…

Exactamente, especialmente aquí en Chile que es un tema bastante complejo, sobre todo porque el sistema de aguas está manejado por empresas privadas y existe el rol de la SISS (Superintendencia de Servicios Sanitarios) que de alguna manera regula, pero no participa del todo en la toma de decisiones. Esto mismo fue un tema que me empezó a interesar mucho y lo estuve trabajando durante los tres años en la Universidad de Tokio.

En el año 2016 en Kumamoto hubo un sismo de gran magnitud, y estuve trabajando en esa red de agua. Desde ahí he venido estudiando este tema que me parece muy importante, porque en general el manejo de las líneas de agua es difícil, y si además se le agrega el tema de desastres naturales, termina siendo un problema extremadamente complejo. 

Actualmente estoy trabajando con la red de Santiago y esto se pretende replicar hacia la red de Valparaíso. Paralelamente, estoy viendo temas similares con México luego del terremoto ocurrido el año 2017, sin embargo, es un poco más complejo que Chile porque es una ciudad enorme que atiende a demasiada gente y muchas de las tuberías son muy antiguas y no están registradas. 

¿Cuál es el principal desafío como académica en la Universidad de Chile?

Creo que la docencia es un constante desafío, al menos percibo a los estudiantes chilenos con un rol muy activo en la sala de clases. Además, que en el curso que yo dicto, Geotecnia, es importante que los estudiantes tengan capacidad de toma de decisiones, ya sea en las mismas evaluaciones como en el trabajo en campo y en laboratorio. Por ello, mi rol como profesora es que los estudiantes cuestionen y replanteen sus propias hipótesis en esta área.

¿Cómo visualiza el escenario de las mujeres en la inserción en disciplinas como las ciencias de la tierra, geotecnia, etc.?

Estoy muy contenta con todo el avance que hay en temas de integración, sobre todo en áreas como la ingeniería que siempre han sido más masculinas. Sin embargo, hay mucho que hacer aún y varios de los esfuerzos deben concentrarse en etapas mucho más tempranas de las estudiantes, como la primaria y el preescolar, donde se necesita con mayor urgencia eliminar los estereotipos. Ya en la etapa de secundaria y de educación superior, no sólo las mujeres deben tener un mayor empoderamiento, sino que los hombres también deben estar preparados para colaborar con las mujeres en un ambiente de respeto y disciplina, sobre todo en la ingeniería civil que es un área bastante dinámica. 

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