Estimadas y Estimados miembros de nuestra comunidad DIC:
Mucho ha cambiado desde nuestro último boletín, en que hablábamos de las auspiciosas proyecciones para el 2020. El movimiento social que ha venido desarrollándose desde octubre ha cambiado la perspectiva y las prioridades de casi todos, tanto en su vida personal como en el ámbito laboral y social.
En lo local, en un gran ejercicio de diálogo triestamental se logró acordar una modalidad de cierre del semestre primavera 2019, para toda la Facultad, que fuera viable en el contexto en que nos encontramos hasta ahora, con dificultades en el sistema de transporte y funcionamiento en horarios reducidos de las instalaciones de la Facultad. Paralelamente se ha desarrollado un proceso participativo para levantar las opiniones de las unidades de la Facultad sobre la contingencia, el que se integrará en un proceso a nivel de la Universidad prontamente, para producir un documento de trabajo a entregar al país.
Miembros de nuestra comunidad DIC han actuado organizando o participando en asambleas y cabildos sobre temas específicos, como el agua o el cabildo de ingenieros e ingenieras. Nuestra área de extensión ha apoyado con nuestros equipos, y el trabajo de Carlos Muñoz, la transmisión en vivo on-line de diversos foros realizados semanalmente en la Facultad, con destacados especialistas en los temas tratados: Derechos humanos, La Constitución, Sistema de pensiones, Medioambiente y nueva constitución.
Varios de los temas que han aparecido en este tiempo están relacionados directamente con el quehacer de nuestro departamento, por lo que hemos decidido dedicar este boletín a presentar columnas de opinión de nuestros académicos y actividades de los estudiantes sobre temas contingentes. Con esto esperamos aportar a que las personas puedan informarse y formar su propia opinión.
Para cerrar este editorial, quiero aprovechar esta pequeña tribuna para expresar la necesidad de que todos tomemos conciencia de lo que nos cabe de responsabilidad por la crisis que está atravesando nuestro país y, con esa conciencia, busquemos la manera de aportar desde nuestro entorno cercano hasta donde podamos alcanzar, para poder lograr acuerdos sobre el país que queremos y llevarlos adelante. Personalmente, ofrezco disculpas por haber dejado de participar en la vida política del país a través del voto y de exigir cuentas a nuestros representantes en cada elección, amparado en la idea de que daba lo mismo quien nos gobernara porque todo iba a seguir igual. Perdí de vista que para muchas otras personas el seguir igual significaba continuar viviendo en un equilibrio precario donde cualquier evento inesperado significaba un desastre, o para otros derechamente vivir condenados a la pobreza.
Nuestra gente ha demostrado una y otra vez su resiliencia ante desastres naturales. Es mi esperanza que esa resiliencia vuelva a surgir para superar este terremoto social y pasado este transiente, que espero no se extienda demasiado, lleguemos a un nuevo estado en que tengamos un país mejor para todos y todas.
Un abrazo,