Luna Hernández: excelencia académica, vocación por enseñar y pasión por el fútbol

Desde sus primeros años en Ingeniería Civil, Luna Hernández ha vivido el proceso universitario como una experiencia transformadora. Distinguida por su excelencia académica en múltiples ocasiones, valora especialmente la calidad humana y pedagógica de sus docentes, “los profesores comparten una pasión por enseñar que no había visto durante el plan común de la carrera”, lo que ha sido una fuente constante de inspiración. Esta admiración por la docencia ha motivado su labor como ayudante en distintos ramos. Según cuenta, siempre le ha gustado enseñar, “busco aterrizar conceptos que quizás para mí fueron complicados de entender”, ayudando así a sus compañeros a superar barreras similares. Además, se desempeña como auxiliar del Laboratorio de Fluidodinámica y Procesos, donde acompaña a estudiantes en la realización de prácticas de hidráulica de primer año. “Este rol me ha ayudado a expresar mejor mis ideas y a aprender cada vez más sobre las máquinas que utilizamos” afirma, complementando su formación teórica con experiencia práctica.

Más allá de lo académico, Luna es seleccionada de fútbol de la Universidad de Chile, una faceta que considera fundamental. “Jugar al fútbol es lo que más me gusta hacer”, comenta, y aunque reconoce que no siempre es posible compatibilizar todos los compromisos, ha aprendido a priorizar su bienestar. “En general trato de organizar bien mis tiempos para poder asistir a todos mis entrenamientos, partidos y clases, aunque también he aprendido que hay veces que no se puede hacer todo y debo escoger una de ellas en post de mi tranquilidad”. 

Respecto a su futuro, Luna aún está explorando sus intereses dentro de la ingeniería. Aún no tiene una definición clara, pero espera que la práctica profesional sea una oportunidad para descubrir nuevas áreas de desarrollo. Como mensaje para quienes buscan crecer en lo académico, deportivo y profesional, su consejo es claro: “Lo principal es organizarse bien y aprovechar el tiempo, y también aceptar que no siempre se puede cumplir todo a la perfección. En el futuro habrá más oportunidades para intentar hacer mejor las cosas en que fallamos”. 

Con humildad, vocación y una pasión que contagia, Luna nos recuerda que se puede avanzar con excelencia sin perder de vista lo que nos mueve. Su historia inspira a creer en el valor del equilibrio y en la fuerza de seguir creciendo en la Ingeniería, paso a paso, con sentido.