Katherine Lizama, Profesora Asistente y Subdirectora del Departamento de Ingeniería Civil (DIC) UChile, indicó que uno de los problemas que amenazan la sustentabilidad hídrica en Chile es el uso excesivo de agua potable, donde señal que "si bien este uso es menor comparado con otros usos consuntivos del agua (como el asociado a la agricultura), en ciudades grandes como Santiago, Viña del Mar-Valparaíso puede ser importante, considerando que en promedio el consumo es de 162,5 L/hab-día (informe SISS 2019). Además, para algunos usos no se requiere que el agua tenga calidad potable, por ejemplo el riego de jardines. En numerosas ocasiones he observado que en verano se riega durante la tarde, cuando la temperatura es alta y por lo tanto la evapotranspiración también lo es, lo que se traduce en pérdidas de agua. En otros lugares del mundo se utiliza agua de otras fuentes (aguas lluvias tratadas) para este y otros usos, como vaciar los estanques de los inodoros. En Chile, esto puede ser abordado tomando medidas simples e inmediatas como regar jardines a primera hora en la mañana y disminuir el volumen de los estanques de los inodoros, y otras de mediano/largo plazo que incentiven el uso de fuentes alternativas que reemplacen al agua potable, como aguas servidas y/o aguas lluvias tratadas.
Además, la profesora Lizama señaló que las deficiencias en medidas de control de la calidad del agua, también son parte de las amenazas que se encuentran presentes actualmente. "Nuestro país cuenta con una alta cobertura de agua potable y saneamiento a nivel urbano, mayor al 99,9% en ambos casos (informe SISS 2019). Sin embargo, se incluye a los emisarios submarinos como sistema de tratamiento de aguas servidas. Esto no es correcto ya que sólo entregan tratamiento primario. Además, la mayoría de las plantas de tratamiento de aguas servidas sólo incluyen tratamiento secundario y desinfección, es decir, no incluye remoción de nutrientes. Mucho se habla de protección de ecosistemas acuáticos -ríos, lagos, humedales- de manera de preservar la calidad de las fuentes de agua, pero hasta el día de hoy los cuerpos de agua receptores reciben altas cargas de nutrientes y otros contaminantes", añadió. Además, sostuvo que la incorporación de tratamiento terciario contribuiría a disminuir la eutroficación, un problema en varios lagos, como es el caso del Lago Villarrica. Por otro lado, podría aprovecharse la infraestructura existente asociada a los emisarios submarinos -especialmente en las ciudades costeras de la macrozona centro norte- y proveer de tratamiento adicional a dicha agua acorde a su potencial reúso, de manera de aprovechar este recurso en vez de descargarlo al mar.
Por último, la académica comentó que la ausencia de planificación integrada de normativa de calidad del agua, es también factor de amenaza. "Ha habido avances importantes en la elaboración de Normas Secundarias de Calidad Ambiental (NSCA). Lamentablemente tanto las distintas normas (de calidad y de emisión) como los procesos dentro de una misma norma presentan una alta desconexión, lo que refleja la falta de visión integrada para abordar el problema. La elaboración de un anteproyecto de NSCA implica la realización de un Análisis General de Impacto Económico y Social (AGIES), cuyo objetivo es estimar los costos de la reducción de las emisiones de manera que se cumpla la NSCA. Esta reducción ocurriría una vez la norma esté vigente, se incumpla, se declare la zona saturada y se implemente el respectivo Plan de Descontaminación. Este mecanismo es reactivo en vez de proactivo, siendo la relación entre la variación en la calidad del agua y las medidas de tratamiento/emisión ex post, cuando ya el daño ambiental puede ser irreparable. Actualmente se está revisando el DS90, y si bien el anteproyecto incluye mejoras importantes con respecto al que está vigente, sigue siendo de alcance nacional y definido por concentraciones máximas de ciertos contaminantes en las descargas. Por lo tanto, no toma en cuenta la calidad actual (o exigida) de cada cuerpo receptor, es decir, la potencial existencia (o vigencia) de una NSCA. Para abordar estos problemas, es imperativo que el Estado tenga una visión de largo plazo y por lo tanto decida planificar de manera integrada las normas de calidad y de emisión relevantes a cuerpos de agua, lo que involucra invertir recursos que permitan la participación activa de profesionales de distintas áreas", explicó.
Pablo Mendonza, Profesor Asistente del DIC e Investigador Asociado del AMTC, indicó que un primer problema que amenaza la sustentabilidad está relacionado con la oferta natural del recurso hídrico, destacando que "es difícil de cuantificar por la falta de un número suficiente de estaciones de monitoreo a lo largo del territorio nacional".
"Por ejemplo, desconocemos cuánta precipitación cae en la cordillera y cuánto se almacena en forma de nieve, a pesar de que nuestro país depende fuertemente de la cantidad de agua que se acumula en la cordillera de Los Andes durante el invierno. A esto se suman los efectos del cambio climático por origen antropogénico, que se espera que disminuyan la oferta hídrica natural para gran parte del territorio", explicó el acaqdémico e hidrólogo del DIC.
Como último problema, Pablo señaló que "está la creciente demanda por el uso del agua de parte de distintos sectores (agricultura, minería, industria, etc.), que no necesariamente se realiza de manera eficiente".
Como posibles soluciones ante estas problemáticas, Pablo Mendoza, sostuvo que "Desde el punto de vista técnico, se requiere (i) una extensión de la red de monitoreo actual, especialmente hacia zonas montañosas, (ii) una consolidación de los esfuerzos realizados por distintas entidades para el monitoreo y la caracterización de recursos hídricos, tanto en cantidad como calidad, para condiciones históricas y futuras, (iii) la incorporación de los efectos del cambio climático en normativas que regulen la construcción y operación de obras de ingeniería civil, e (iv) implementar un enfoque sistémico e integral para el uso del recurso hídrico en nuestro país, que considere mecanismos eficientes para la resolución de conflictos entre usuarios del agua. Además, de ello añadió que se requiere de una política de Estado que garantice un aprovechamiento sostenible de nuestros recursos hídricos, y en general de nuestros recursos naturales, ante escenarios de cambio global. "En este contexto, la creación de conocimiento dentro de nuestra Universidad jugará un rol protagónico, que permitirá mejorar la toma de decisiones", explicó.
Alberto de la Fuente, Profesor Asociado del DIC, por su parte indicó que unas de los problemas que amenazan la sustentabilidad hídrica es que "se cree que mejorando la eficiencia se puede solucionar el problema, lo que es verdad si es que se congela la demanda". En palabras del académico, señala que la tendencia que sigue el aumento de la demanda por agua por aumento de la población y aumento de la intensidad de su uso superan cualquier mejora en eficiencia que se pueda hacer. A la vez, sostiene que no existe correlato entre proyecciones sectoriales de expansión de superficie regada o urbanización en todo Chile, y la severa sequía en ríos y profundización de niveles freáticos que se observa en todo Chile.
Desde su perspectiva, el académico Alberto de la Fuente, ve como posible solución detener la expansión agrícola y urbanización, "además, se debiera comenzar a pensar e implementar proyectos que permitan acceder a nuevas fuentes como desalar agua de mar para al menos procesos industriales y consumo humano", aseveró. En este contexto, destaca que los tiempos involucrados en estos proyectos, desde concepción, financiamiento, tramitación de permisos, construcción y operación, son de media a una década.
"Desde la mirada de una menor disponibilidad natural, en mi opinión es el uso intensivo, en demanda creciente, del recurso hídrico tanto superficial como subterráneo; que nos pone en riesgo a ecosistemas e incluso el abastecimiento humano. Una vez usada el agua, considero que la gestión y control de aguas residuales es otro problema que también pone en jaque la salud de diversos especímenes, incluyendo por su puesto a la humanidad", señaló el Profesional Docente del DIC Investigador asociado del AMTC, Miguel Lagos, en cuanto a las problemáticas que hoy amenazan la sustentalidad hídrica del país.
Como posibles soluciones ante estos problemas, Miguel Lagos, dice que "la solución no es fácil de implementar, a nivel global, debemos lograr la carbono neutralidad, para ello se requerirá cambiar en todo el planeta la forma en que vivimos, o invertir en el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan absorver y/o procesar dichas emisiones". Lo que debería, en cierto modo, amortiguar los efectos del cambio climático, pero no anularlo.
"Desde un punto de vista más local, considero que la regulación de los usos del agua, privilegiando el bien común, en particular, el consumo humano sobre el desarrollo industrial es fundamental. Que el Estado pueda recuperar derechos para asegurar estos fines, permitiendo además la recarga de acuíferos permitiría resguardar que exista agua disponible de forma natural", destacó.
También, Miguel añade que parte de las soluciones es la tecnificación que permitan reducir las pérdidas en el sector productivo es también una medida que permitiría reducir significativamente el estrés hídrico, pero que esta incorporación de tecnologías, no se traduzca en usar el agua ahorrada con otros fines, pues nos dejaría exactamente en las mismas condiciones actuales.
Ana Lucía Prieto, Profesora Asistente del DIC e Investigadora del Centro Avanzado de Tecnologías del Agua (CAPTA), indicó que desde la perspectiva sanitaria el problema de la sustentabilidad hídrica radica en la falta de conciencia sobre el uso y abuso del agua. "La gastamos como si no existiera un mañana, sin tener en cuenta las consecuencias actuales y/o futuras (e.g., contaminación, escasez, etc.). Como ciudades y ciudadanos, hacemos poco por extender el ciclo urbano del agua. Nos falta responsabilidad hídrica", enfatizó.
"La solución no es fácil, pero no es imposible. Desde las prácticas más simples en nuestras casas, hasta un cambio completo en el paradigma de con respecto al recurso, TODO CUENTA. Tenemos un recurso finito y extremadamente valioso, por lo tanto, prácticas como la revalorización y el reúso de aguas servidas son alternativas para aumentar la oferta hídrica y la sustentabilidad del recurso. El apoyo de los gobiernos y ciudadanos es clave para su éxito", concluyó la profesora Ana Lucía.